lunes, 17 de noviembre de 2008

El Cardenal y el pederasta: impunidad total

El Cardenal y el pederasta: impunidad total



El lenguaje político esta diseñado para hacer que las mentiras suenen verosímiles.
George Orwell

Hasta donde tengo conocimiento, en México no ha habido un solo reporte documentado ante las autoridades civiles o eclesiásticas de algún sacerdote pederasta.



Cardenal Norberto Rivera Carrera
Arzobispo Primado de la Ciudad de México.
Julio de 2002, entrevista a la revista 30 Giorni.

En octubre de 1994, Joaquín, un niño de 13 años, fue violado salvajemente por el sacerdote diocesano Nicolás Aguilar Rivera, vicario de la parroquia de San Antonio de las Huertas, en la Ciudad de México. El crimen ocurrió en la rectoría del templo. Mientras lo violaba, sólo unos metros afuera, el cura titular, Antonio Núñez, oficiaba misa.


Joaquín no podía saberlo. Para entonces, el padre Nicolás, llevaba al menos 86 victimas, 60 reconocidos por autoridades católicas de Puebla en 1997, y 26 más que reportó el Departamento de Policía de Los Ángeles, California, nueve años antes, en 1988. Al padre Nicolás se le abrieron dos procesos penales, uno en cada país por los ilícitos. No pisó nunca la cárcel. Incardinado en la Diócesis de Tehuacán, su obispo en aquellas fechas era Norberto Rivera. De acuerdo con nuevos documentos oficiales de la Iglesia a los cuales hasta hace poco no se podía acceder, el ahora cardenal y arzobispo primado de la Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera, siempre estuvo al tanto de dónde estaba su sacerdote pederasta. Nadie más le podía otorgar los permisos para oficiar en las distintas parroquias católicas a las que se le promocionó como vicario durante 20 años. El padre Nicolás sigue oficiando como sacerdote y en contacto con menores de edad.


El caso del religioso con más víctimas sexuales en la historia mexicana fue el del sacerdote Gaspar de Villarias, que se remonta al siglo XVII. De acuerdo con documentos del Archivo General de la Nación y del Tribunal del Santo Oficio, entre 1610 y 1620, Villarias utilizó su posición de presbítero y el secreto de confesión para abusar de más de 90 mujeres católicas de todos los estratos socioeconómicos. Se puede decir que fue el caso más notable de la época colonial, cuya repercusión llegó hasta Roma.


Hoy, el padre Nicolás Aguilar Rivera ha rebasado —en número y sordidez— ese récord de ignominia, al violar, ultrajar y explotar sexualmente a alrededor de cien niños, también al amparo de su puesto y utilizando lo mismo el espacio de hogares católicos que le abrieron las puertas, que templos y edificios parroquiales. Continuar leyendo el capítulo



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jueves, 18 de septiembre de 2008

Cuando los pastores adulteran


¿Como tratan las iglesias hoy en día los casos de seducción a feligresas por parte de ministros? ¿Qué hay de los que, encima, cometen adulterio con ellas? ¿Los sancionan o los solapan? ¿Los cambian de templo y ya, como sucede con muchos curas pederastas, o les cancelan el permiso para ejercer el ministerio? ¿Tienen estándares de ética más altos las asociaciones profesionales del mundo que las iglesias contemporáneas, so pretexto de lo que Bonhoeffer llamo cheap grace?



Cuando un ministro religioso, cura, pastor, diacono, “líder de alabanza” 1, etcétera, se involucra sexualmente con alguien que se encuentra bajo su cuidado espiritual —el caso clásico en Latinoamérica es el de un ministro casado y una feligrés mayor de edad 2—, existe una relación de inequidad que pone en desventaja importante a la mujer. Esto sucede porque el pastor tiene una relación jerárquica de autoridad sobre sus congregantes y frecuentemente tiene acceso a información privada sobre vulnerabilidades personales de las mismas. Dicha información es obtenida a menudo a través de la consejería pastoral, en la confesión de situaciones personales, o proporcionada por terceros que confían en el líder espiritual para ayudar a un ser querido.

Explotando vulnerabilidades

La posesión de dicha información pone en un estado especial de vulnerabilidad a las mujeres. El acceso a información privada, aunada a la relación de confianza, admiración y respeto por la investidura en que se proporciona la misma, así como la posición de subordinación jerárquica de la oveja hacia el ministro, hacen que las relaciones románticas y sexuales sean inherentemente explotativas por parte del líder. Como explica Petter Rutter 3, no se trata realmente de relaciones en condiciones de igualdad. En todos los casos se trata, pues, de un abuso de poder por parte del ministro, sacerdote o pastor. No se requiere que exista uso de la fuerza o coerción para calificarlo así.

Cuando existe además adulterio, esto agrava y complica más el caso, pues implica a su vez la traición a la confianza de hijos, familiares y cónyuges por una o ambas partes.

En palabras del eticista Stanley Grenz, ¿implica esto entonces que “cada acto sexual entre una congregante y su pastor conlleva implícitamente un abuso de poder y es un acto de traición de confianza”?4 Basándose en las investigaciones de la especialista Marie M. Fortune, responde:

“Cualquiera que sea su motivación, la congregante entra a esa relación con una vulnerabilidad especial…Así es que ella se encuentra en una posición de desigualdad en cuanto a él”.5

Por eso, Grenz y la doctora Fortune coinciden que para que no hubiese una relación de desventaja para la mujer —y por ende explotativa—, ambos tendrían que relacionarse en condiciones de verdadera equidad. Aun es cuestionable legalmente el “pleno consentimiento” a la relación sexual en dichos casos, aunque en apariencia la haya, y aunque en eso se escuden muchos ministros explotadores.

Volviendo a la pregunta de Grenz, si cualquier relación entre un ministro y una feligrés, es necesaria e inherentemente explotativa —y por lo tanto una grave falta de ética profesional—, esa conducta requiere ser identificada, confrontada, y denunciada.



Criterios profesionales seculares

Un ejemplo de las normas que rigen a los profesionales de la salud mental en países democráticos industrializados puede ilustrar bien el punto. Las asociaciones y colegios de psiquiatras y psicoterapeutas suspenden la licencia para ejercer dichas profesiones a sus miembros si éstos se involucran en relaciones sexuales con sus pacientes, aunque éstos sean adultos. De hecho, en algunos países es requerido por ley que un psiquiatra o psicoanalista haya dejado de atender por varios años a su paciente antes de que le sea lícito entablar una relación romántica o íntima con él o ella.

Las razones son las mismas que comentan Marie Fortune, Grenz y otros especialistas: el profesional de la salud mental tiene una relación privilegiada de confianza con su paciente, relación cuyo propósito es contribuir al bienestar del mismo. En virtud de esa relación y con la expectativa de la mejoría en mente, el paciente revela voluntariamente ante el profesional áreas vulnerables de su vida privada. Frecuentemente le confiará aspectos de su pasado, de sus miedos y sueños y metas, de su vida íntima sentimental y/o sexual, información que en otras circunstancias no comentaría con otras personas en tal detalle o amplitud. Esa información puede ser ofrecida inicialmente por el paciente o inquirida por el profesional para diagnosticar una problemática. Si el psiquiatra o terapeuta no utiliza éticamente esa información y en vez de ello decide usarla para obtener gratificación sexual y/o afectiva, la paciente está en terrible desventaja ante el depredador, pues es susceptible muy fácilmente a ser manipulada. El terapeuta, en cambio, no requiere de proporcionar información privada a la contraparte ni acude a la consulta con la expectativa de recibir ayuda. El reconocimiento de esa vulnerabilidad ha dado lugar a que existan normas que regulen la relación profesional de la salud mental-paciente en los países civilizados.

Por supuesto, no todos los psiquiatras y terapeutas respetan el código ético que rige su trato con las pacientes. Algunos deciden no hacerlo y cuando son descubiertos tienen, a diferencia de la mayoría de los ministros religiosos, consecuencias. Penas de cárcel, demandas civiles, escrutinio público. Es común que se les suspendan y en ocasiones se les cancelen de por vida sus licencias profesionales. Esto es, no pueden volver a ejercer su profesión; de hacerlo, incurren en serias sanciones. Esto sucede tratándose de la actividad sexual entre un profesional de la salud adulto y su cliente adulta en una relación de “mutuo consentimiento” en el ámbito secular. ¿Como tratan las iglesias hoy en día los casos de seducción a feligresas por parte de ministros? ¿Qué hay de los que, encima, cometen adulterio con ellas? ¿Los sancionan o los solapan? ¿Los cambian de templo y ya, como sucede con muchos curas pederastas, o les cancelan el permiso para ejercer el ministerio? ¿Tienen estándares de ética más altos las asociaciones profesionales del mundo que las iglesias contemporáneas, so pretexto de lo que Bonhoeffer llamo cheap grace?

La relación sexual entre un líder religioso y cualquiera de sus congregantes —indistintamente si involucra el adulterio— es, además de una violación de la ética cristiana a la que los ministros se suscriben, un abuso de poder que no puede minimizarse. Es de hecho, el signo distintivo de un explotador profesional y trae graves consecuencias —en ocasiones devastadoras— para las creyentes que se dejan deslumbrar por el estatus, poder, por la aparente sapiencia, por la solicitud y empatía, o por el carisma, el talento u otros señuelos con que medran muchos explotadores de la fe con pocos escrúpulos.

Tomado y adaptado de Seducción en el seminario.

La Explotación de la Fe

Ediciones B

2008

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1 Este cargo, líder de alabanza, ha cobrado enorme autoridad en movimientos carismáticos católicos y en el neopentecostalismo, a veces, a la par, o más, que la del pastor y el sacerdote. Rebasa la idea tradicional del cantor o el director del coro o encargado de la música y se idealiza como dechado de espiritualidad en la misma medida en que la música ha venido adquiriendo un papel preponderante en el culto y la vida de esos movimientos.

2 Excluyendo, obviamente, la pederastia, tan prevaleciente entre el clero católico. Véase Manto púrpura: pederastia clerical en tiempos del cardenal Norberto Rivera Carrera, de Sanjuana Martínez (México DF: Grijalbo, 2006).

3 Peter Rutter, Sex in the forbidden zone: When men in power —therapists, doctor, clergy, teachers and others— Betray Women Trust (Los Angeles: J.P. Tarcher, 1986).

4 Stanley J. Grenz, Roy D. Bell, Betrayal of Trust: Sexual Misconduct in the Pastorate (Downers Grove: Illinois: InterVarsity Press, 1995), pp. 91. Marie M. Fortune, Is nothing sacred? When sex invades the Pastoral Relationship (San Francisco: Harper & Row, 1992).

5 Ibíd., pp. 91-93.


miércoles, 18 de junio de 2008

Pare de Sufrir ¿Imperio neo-evangelico?

Una mirada critica del periodista Marco Lara Klahr a la Iglesia Universal del Reino de Dios, su marketing y su credo.

Cante. Alabe. Agite con vigor sus brazos hasta empaparse. Implore. Aférrese al manto sagrado que todos los viernes pasará flotando a centímetros de su cabeza. Llore, gruña o ruja. Repita “amén” con la furia colectiva del caso, cada vez, hasta sentirse exánime. Enarbole las fotografías o las prendas de sus enfermos, y conjure con ello al Mal, que equivale, según este credo neoevangélico, a precariedad económica, enfermedad y vacío. Vamos, desafíe al demonio. Apriete párpados y quijadas, y cuando el pastor exclame, “¡Libéralo, señor Jesús!”, entorne los ojos, babee, vomite sin dejar de maldecir.
Naufrague en este mar patético solemnizado por el piano. Hágalo como lo hacen miles de mexicanos cada día. Y después participe en la puja, seleccione entre la vasta gama de productos que tienen para venderle: agua del Jordán, biblias, libros, aceite del huerto de Getsemaní; sermones y alabanzas en discos compactos, jirones de la túnica de Jesús, fragmentos de su tumba o astillas de su cruz. En tres palabras, si puede, “Pare de Sufrir”.

Inmerso en un escenario monumental y posmoderno, todo neón, todo fulgor, se le propone un viaje de casi dos horas, aeróbico, intenso y extenuante, guiado por aquella consiga perentoria con la que el obispo Pablo Roberto (pastor de la grey mexicana) planta cara a Satanás en un español cuasi portugués difuso y seductor: “¡Manifiéstate! ¡Vamos! ¡En el nombre de Jesucristo, manifiéstate! ¡Vamos!”.

Bajo el estilizado emblema corporativo rojo en forma de corazón, en cuyo fondo aparece calada una paloma en vuelo, los prodigios del religious franchising manan aquí a semejanza de hamburguesas, cosméticos, teléfonos móviles, metanfetaminas reductivas o complejos comerciales homogéneos a los que nos tiene habituados la globalización.

De Veracruz a Baja California, a través del centro, el Bajío y el norte, cada viernes, por ejemplo, usted dispone de alrededor de 40 templos espaciosos y pulcros (la mitad fueron cines, teatros o salones sociales); cinco horarios, un ejército de obreros uniformados a su servicio, y decenas de pastores brasileños, para someterse a un exorcismo masivo de acuerdo con los extravagantes cánones de la Iglesia Universal del Reino de Dios, cuya denominación Pare de Sufrir nos es hoy tan familiar como cualquier franquicia global.

Lo que ocurre en el interior de esos templos níveos, el comunicador brasileño Arnaldo Jabor lo describe así: “Centenas de miserables que no tienen ya nada, siendo expoliados por otros miserables, los obreros, que pueden ascender a pastores y tal vez a obispos, en una pirámide invertida de horrores, como montones de frutas podridas entre la basura callejera” (”Obispo Edir Macedo criou o Deus ejecutivo”, en geocities.com/cronistaarnaldo/).

En los cuernos de la globalización

Igreja Universal do Reino de Deus, Universal Church of the Kingdom of God, Communauté Chrétienne du Saint-Esprit, Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, Oración Fuerte al Espíritu Santo o Pare de Sufrir; el visionario detrás de esta holding de la fe, que después de más de una década de persistencia toma solidez en México (llegó en 1991), es Edir Macedo Bezerra, un magnate brasileño que, montado en los cuernos de la globalización, a partir de 1986 gobierna su imperio corporativo desde Brooklyn.

Es uno de los pastores electrónicos que han florecido en Brasil al crear una gama de opciones espirituales basadas en un determinado estatus social. Están, por caso, la Asamblea de Dios, para las masas. La Iglesia Sara Nossa Terra, para la élite política y mediática. La Asociación del Evangelio Pleno, para la crema empresarial. Atletas de Cristo, para los deportistas profesionales. Y la Iglesia Universal del Reino de Dios, que apela a la abatida autoestima de las clases medias urbanas, depauperadas por tres décadas de catástrofe económica latinoamericana.

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lunes, 2 de junio de 2008

Pastores y depredadores sexuales: una clasificación

Los especialistas que estudian el comportamiento de los ministros que se involucran sexualmente con sus ovejas reconocen, a grandes rasgos, tres tipos clásicos. Al español se podrían traducir y adaptar estas categorías como sigue: a) El depredador. b) El descarriado. c) El “Don Juan”.

El primero es, por mucho, el que causa más daño. La palabra depredador fue seleccionada por la doctora Marie Fortune, investigadora del Centro para la Prevención de la Violencia Sexual, en Washington, con todo propósito. Depredador evoca ideas de peligro, destrucción y rapacidad que deja a su paso dolor y devastación. Fortune describe así el carácter y comportamiento de este tipo de ministro.

“Es manipulador, coercitivo, controlador, rapaz, y a veces violento. También puede ser encantador, brillante, competente y carismático. Le atrae la vulnerabilidad... No es psicótico, pero a menudo es sociopático; esto es, tiene poca o nula conciencia acerca de sus comportamientos transgresores. Usualmente minimizará, mentirá, y negará al ser confrontado. Para este tipo de transgresores el ministerio presenta una oportunidad ideal para obtener acceso a posibles víctimas de todas las edades”.[1]

El doctor Grenz, eticista protestante y autor de un amplio estudio sobre este tema, ofrece, en sus propias palabras, una visión complementaria del depredador.

“Fingiendo ser un pastor preocupado, el depredador utiliza su poder y posición para coercionar o manipular. Encubriendo sus intenciones con su puesto ministerial, se mueve deliberadamente más allá de los límites (de conducta) apropiados y lleva con él a sus víctimas”.[2]

Quizás el signo que suele identificar más fácilmente a los ministros en esta categoría es la premeditación. El depredador selecciona cuidadosamente a su víctima y utiliza con alevosía y ventaja una estrategia, usando recursos como los arriba mencionados. El caso ya relatado del reverendo John Jackson es un ejemplo clásico.

Otra característica importante es que pueden ser violentos. Con el paso de los años, el depredador deja tras de sí una larga lista de personas heridas y explotadas. Su conducta a menudo es acompañada de actitudes compulsivas. Por todo esto, esta clase de ministros frecuentemente llega a incurrir en actos criminales. Casi todos los clérigos paidófilos, paradigmas de rapacidad y vileza por antonomasia, caen dentro de esta categoría. Juan Manzo y el padre Nicolás Aguilar son casos típicos.

El descarriado

Quizás la mejor manera de distinguir esta categoría —también de Marie Fortune— de la del depredador, sea ésta: muy rara vez su conducta es criminal y no actúa con premeditación. “Bajo circunstancias normales”, explica Grenz, “él nunca consideraría enredarse sexualmente con una congregante. Sin embargo, una crisis avasalladora, o un momento crítico de transición en su vida, puede inclinar la balanza, llevándole a transgredir el límite...”[3]

El hecho de que no suela ser violento ni actúe con premeditación no atenúa el daño que causa a sus feligreses. De acuerdo con Fortune, este tipo de ministro tiene problemas de raíz en su carácter. Básicamente, muestra dificultad para mantener límites apropiados en sus relaciones interpersonales. Es también emocionalmente inmaduro y tiene alto riesgo de involucrarse sentimental y/o sexualmente con alguna feligrés que lo tenga en alta estima. El descarriado suele tener sentimientos de frustración profesional y a menudo se siente solo y aislado.[4]

El aprecio, la atención, los halagos o la adulación de una congregante admiradora —frecuentemente en una relación de consejería pastoral—, es el catalizador para que el ministro inicie una relación sexual con su oveja. En otras palabras, si la ocasión se presenta, explota su posición pastoral para tratar de suplir sus necesidades afectivas y/o aliviar su tensión. La clave para entender esto es el evento de estrés por el episodio de crisis con que se asocia esta conducta. La relación semántica con el nombre de la clasificación resulta así obvia. Estas personas, al tener problemas en guardar distancias profesionales prudentes y límites apropiados en sus relaciones son vulnerables a descarriarse (a desviarse del curso ético de conducta que su cargo exige). Y esta vulnerabilidad se actualiza cuando se presenta un factor de estrés importante en su vida. Esto puede ser una crisis matrimonial, familiar, en su iglesia, o en su propio ministerio. Finalmente se debe notar que la reacción del descarriado cuando es descubierto en un enredo sexual, suele ser menos defensiva y agresiva que la de un depredador. No es inusual que luego de algunas resistencias, reconozca su situación al ser confrontado.

El Don Juan o el ministro romántico

En su libro Betrayal of Trust: sexual misconduct in the pastorate, Grenz propone una categoría adicional a las dos anteriores de la doctora Fortune. Podría traducirse al español, como el romántico. Por pragmatismo nemotécnico, he preferido denominarla “El Don Juan”, en referencia al drama clásico Don Juan Tenorio del español José Zorrilla. Aunque el Tenorio de ficción era más bien un galante conquistador, un rompecorazones, en esta clasificación Don Juan es sólo un ministro enamoradizo, no menos galante. De esta manera, nos quedamos con tres grandes categorías que comienzan con d y son fáciles de recordar, sobre todo si las relacionamos con la palabra daño y destrucción:

· Depredador
· Descarriado
· Don Juan.

El rasgo sobresaliente del Don Juan es precisamente su naturaleza enamoradiza. El romance es lo que le motiva, en este caso, a transgredir la ética sexual del ministro. Lebacqz y Barton lo describen así:

“Este pastor sabe que desarrollar una relación sexual con una congregante es sospechoso y procura guardarse diligentemente de cualquier comportamiento inapropiado. Pero... se enamora”.[5]

Así es. El Don Juan se “enamora”, y al hacerlo, naturalmente afloran sus dotes de conquistador e inicia un romance. Romance que por lo general se desarrolla a partir de la consejería pastoral, el confesionario, o una relación laboral en donde se nublaron los límites profesionales y jerárquicos. Y en el nombre del amor, el Don Juan justifica ante su conciencia el involucramiento sexual con una subalterna o feligrés. Flores, regalos, cartitas, halagos, atenciones especiales, palabras emotivas. ¡Don Juan está enamorado! No importa si quien está frente a él es la esposa o la hija de un amigo, o si es una oveja nueva en busca de orientación espiritual, quizás una dama queriendo salir de un ciclo de explotación sexual patriarcal, o una menor de edad.


Conclusiones

El depredador es, lógicamente, el tipo de ministro más peligroso de estas tres categorías. Su falta de empatía con las personas que daña, la premeditación con que acecha a sus víctimas y su capacidad para manipular su entorno, suelen desembocar en escenarios devastadores. Grenz hace notar que al ser descubierto, el depredador generalmente “utilizará todos los medios en su poder para destruir a aquellos que presentan acusaciones contra él, o a aquellos que apoyan a los denunciantes”.[6] Esto se traduce en feroces negaciones, y a veces en demandas legales y acciones intimidatorias, sin excluir la violencia. Dado que una iglesia es el contexto en que la delincuencia sexual pastoral ocurre, una de las aristas más dramáticas es la polarización que hacen de los fieles para mantenerse en el poder y desacreditar a sus denunciantes. Dependiendo de sus recursos intelectuales y retóricos, utilizan para lograr esto un repertorio de “armas doctrinales” y manipulación de miedos y símbolos sagrados. Este proceso asegura que el depredador tenga a su lado gente que lo defienda. Como resultado, en el caso de las mujeres seducidas estas son revictimizadas, convertidas ahora en “enemigas de la obra de Dios” por haber denunciado. Cuando el ministro logra allegarse las lealtades de la familia de la afectada, la situacion puede convertirse en una pesadilla para ella.

El descarriado y el Don Juan, respectivamente, suelen responder de maneras mucho más moderadas ante denuncias. El daño a las feligreses es, sin embargo, grave. Incesto espiritual es un concepto contemporáneo que ayuda a explicar el tipo de sentimientos y crisis que provoca en las mujeres el ser explotadas sexualmente por ministros. Los pastores y sacerdotes en nuestra cultura, además de asumir con frecuencia roles paternos sustitutos, suelen ser vistos como padres espirituales o padres en la fe, en términos teológicos. Esta relación tiene una connotación sacra que sin lugar a dudas ayuda a entender lo complicado y profundo que puede resultar un abuso de confianza ministerial para una mujer. El estrés postraumático y la depresión clínica son cuadros cada vez más identificados en mujeres explotadas sexualmente por ministros. Son estas consecuencias en los feligreses, consecuencias devastadoras, clínicamente cuantificables, y con frecuencia procedentes jurídicamente, las que marcan la pauta acerca de cómo deben proceder las iglesias con los ministros que adulteran o agreden sexualmente al rebaño.

Independientemente de sus motivaciones y de su clasificación, sean depredadores, donjuanes o descarriados, necesitan ser removidos de inmediato de su cargo pastoral por sus autoridades eclesiásticas. Y si éstas se niegan a actuar, les corresponde entonces a las respectivas comunidades de creyentes destituir a dichos ministros.

Una iglesia se constituye, después de todo, de los creyentes, no de los ministros. Éstos son solo parte de la iglesia y su única razón de ser es contribuir al bienestar integral de la misma. En este sentido las aspiraciones, vocación y futuro profesional del líder religioso que ha abusado, son asuntos absolutamente secundarios y no deben ser el enfoque de la discusión. La seguridad física y emocional y la salud espiritual, de una comunidad de creyentes es la prioridad.

Éste no es un principio negociable. Si por haber sido destituido, un pastor o sacerdote necesita dedicarse a otro oficio como trabajar de taxista para ganar su sustento, o si tiene que prepararse para otra profesión, es finalmente consecuencia de sus propias decisiones. Cuando un abogado o un médico viola determinados estatutos profesionales, pierde su licencia para ejercer. ¿Por qué debería ser distinto con los ministros? El amor y la compasión cristiana son a menudo invocados para tratar de justificar la permanencia de ministros adúlteros, incluso con perfiles depredadores, en sus puestos. El amor a quién, debemos preguntarnos de inmediato ante semejantes argumentos. El amor cristiano, entendido como la regla de oro de Jesús, no antepone los intereses personales de un ministro egoísta por encima de la seguridad de los creyentes. Quienes abogan por la permanencia de ministros adúlteros —hay quienes aún defiende la permanencia de pederastas—en sus puestos, arriesgan a los feligreses en forma irresponsable, y a menudo criminal.

Tomado del capítulo 5, Incesto espiritual: el crimen del Reverendo Jackson
Ediciones B
2008
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[1] Marie M. Fortune. “Is Nothing Sacred?” op. cit., p.47.
[2] Stanley Grenz, op. cit., p.40.
[3] Ibíd., p. 41.
[4] Marie Fortune. op. cit., p. 156.
[5] Karen Lebacqz y Ronald Barton, Sex in the Parish, Louisville, Kentucky: Westminster, 1991, p.129.
[6] Grenz. op. cit., p. 42.

jueves, 15 de mayo de 2008

El mito de la infalibilidad papal está vigente en el protestantismo también.

La leyenda de la infalibilidad papal está presente tanto en el catolicismo como, en cierta manera, en el protestantismo contemporáneo. A menudo, se aplica una simple extrapolación de este arquetipo para que perciba a cualquier ministro religioso como incuestionable, como un ser humano superior o incluso divinizado.

Planteémoslo así: ¿en que idea se refugia esa multitud vergonzante de ministros religiosos fraudulentos, y aun criminales sexuales que ocupan los encabezados de los periódicos cada semana? En el mito de que su cargo les confiere estatus de seres especiales, una cierta inmunidad a las normas. Cuánta gente sufre callada, y por años, abusos inconcebibles. Cuántos son testigos de infamias bien corroboradas y permanecen mudos, dudando, cuando en otro contexto tendrían las cosas claras y hablarían. Es más, se movilizarían para hacer algo y defender a quienes son víctimas. Pero es en el ámbito de las creencias en que el abuso religioso ejerce su influjo, como una suerte de hechizo. En eso estriba su impunidad, su amplio margen de maniobra entre el rebaño: no es un ser humano común quien comete el delito. No es como el resto de los mortales. Es el cura, el ministro. Alguien especial.

Eso dice el mito, pero si Pedro no fue infalible, ni reclamó o imaginó jamás serlo, entonces existe una base teológica para establecer el derecho de los feligreses a solicitar la estricta rendición de cuentas de parte de sus ministros y que comiencen a derrumbarse los fueros monárquicos medievales.

Tomado del capítulo 12, Los límites de la autoridad pastoral
La explotación de la fe
Ediciones B
2008

domingo, 4 de mayo de 2008

Un antídoto contra el olvido

La denuncia documentada, verificable, tiene funciones sociales imprescindibles. Crea conciencia pública y memoria histórica. Saca a relucir lo oculto, lo que corroe a la sociedad desde sus entrañas; erosiona la cultura del silencio. Impulsa los derechos humanos, desemboza a esa impunidad letal que se recubre de piedad benefactora. Da voz a quienes no han podido relatar su tragedia. Consignada en textos, es un antídoto contra la indiferencia del olvido. Los libros permiten plasmarla con más amplitud y textura que la que suelen permitir los formatos noticiosos, frecuentemente breves.

Tomado del libro La explotación de la fe
Ediciones B
2008


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martes, 29 de abril de 2008

El poder de las creencias religiosas (y el peligro de no examinarlas).

Hay interpretaciones religiosas torcidas que se usan en nuestra cultura con peligrosa frecuencia para tratar de legitimar abusos. Especialmente cuando impiden ver a criminales y depredadores como lo que son. Por ejemplo, el pederasta con más víctimas documentadas en la historia contemporánea de nuestro país es el sacerdote Nicolás Aguilar. Ha ultrajado a alrededor de cien menores.

Más que el infame Succar Kuri. De hecho, el padre Aguilar es un violador serial. ¿Pero acaso lo percibe así la sociedad en general, la justicia civil, los fieles? No. Por eso es que sigue libre y además, oficiando misas. Su investidura funciona como mecanismo cultural que le garantiza una singular impunidad. Y la ha aprovechado al máximo. Su estatus de sacerdote lo pone en un plano distinto a los demás ciudadanos en la percepción popular. Le otorga impunidad real a casi a todos los niveles.

¿Pero que es un cargo sacerdotal? ¿No emana, finalmente, de creencias religiosas? Exacto. Y eso muestra el poder de las mismas. Cualquier idea que logra que un violador serial ande caminando por la calle tan campante, tomándose fotos con menores y dando misa sin consecuencias, sin la repulsa generalizada de la sociedad, sin la expedita acción de la justicia, no es cualquier cosa. La mera protección política no explica el caso del sacerdote Aguilar. Es por ello, precisamente, que Succar Kuri está en prisión, pero el padre Nicolás Aguilar sigue libre tras dos décadas de pederastia sin freno.

Tomado del libro La explotación de la fe
Ediciones B
2008



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jueves, 24 de abril de 2008

Los Testigos de Jehová: encubrimiento institucional de abuso sexual a niñas

El agresor de la niña Érica Rodríguez tiene nombre y rostro: Manuel Beliz. A pesar de haber sido sentenciado a 11 años de prisión por violación, fue reintegrado a la membresía de los Testigos de Jehová luego de un breve periodo de leve “excomunión”. Durante el juicio penal, el líder contó con amplio apoyo moral de sus amigos Testigos, de las autoridades de su organización y de familiares practicantes de la misma fe. Por su parte, Érica, quien se vio obligada a iniciar el doloroso proceso judicial a la corta edad de 21 años, fue estigmatizada, aislada y considerada “traidora” por haber acudido a las autoridades por haber acudido a las autoridades a denunciar al líder que abusó sexualmente de ella de los cuatro a los 11 años de edad.

Lo que más resalta al examinar el caso es una solidaridad feroz en torno al líder religioso mencionado, la cual contrasta con la indiferencia inconcebible hacia una niña que vivió encerrada en un infierno de vergüenza y dolor por siete años. Siete años paralizada ante la amenaza del líder de expulsarla de los Testigos de Jehová a ella y a sus padres si lo denunciaba por violarla.

La solidaridad, un rasgo distintivo de la cultura latina, frecuentemente se pervierte dentro de estructuras religiosas autoritarias. Entonces se torna en encubrimiento y complicidad que favorece el silencio. Esa secrecía en que florece la impunidad que destruye a los más vulnerables.

Tomado del libro La explotación de la fe
Ediciones B
2008

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Contexto

Pocos conocen la rígida estructura patriarcal que ha elaborado lineamientos “divinos” para que no se denuncien a las autoridades los múltiples casos de pederastia por parte de líderes, en su mayoría contra niñas y adolescentes, que ocurren con preocupante frecuencia en los Testigos de Jehová. Hay un sitio de internet que ha documentado decenas de miles de casos. William H. Bowen, quien fuera anciano y miembro de dicha organización por mas de 30 años, ha dirigido con éxito silentlambs.org desde el 2001. Se trata de una asociación no-lucrativa dedicada a documentar este problema y ayudar a victimas. Su incansable trabajo a favor de los derechos humanos de las mujeres y niñas Testigos de Jehová ha sido eficaz. Su página de internet es indispensable para entender esa dimensión poco conocida de los Testigos de Jehová, ese patriarcalismo perverso que no es exclusivo, como muchos piensan y otros desearían, de la jerarquía católica.

www.silentlambs.org tiene información sobre este tema en español e inglés.



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sábado, 12 de abril de 2008

Carisma salesiano

Diario La Jornada
Columna Penultimátum, 11 de abril de 2008

Es mexicano, nació en Real de Catorce hace 70 años y lo acaban de relegir por seis años más rector mayor de los salesianos, congregación fundada en el siglo XIX por Juan Bosco. Nos referimos a Pascual Chávez Villanueva, quien ha dicho que es necesario llevar “el carisma salesiano hacia niveles espirituales cada vez más auténticos”. En cambio, ni él ni los obispos mexicanos o el Vaticano han dicho una palabra sobre los abusos sexuales cometidos por un integrante de dicha orden, Juan Manzo Cárdenas, contra 50 menores en la escuela-orfanato Ciudad del Niño Don Bosco, con sede en León, Guanajuato. Por el contrario, como denuncia el investigador Jorge Erdely en su reciente libro, La explotación de la fe, el máximo dirigente salesiano protege al pederasta. Leer toda la columna



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El secreto del padre Chávez

La coronación Pascual Chávez Villanueva, rector mayor de la orden de los salesianos y protector del pederasta, posando junto a niños y niñas.



“Como en aquel día en que hice mi primera consagración al sacerdocio, hoy quiero decir, una vez más: Sí, Señor.”


Una aclamación que parecía interminable lo interrumpió.


“Yo acepto la decisión de esta asamblea como la voluntad de Dios”. Otra catarata de aplausos inundó la casa generalizia en Roma.


La orden de los salesianos acababa de elegir como su máximo líder a un notorio protector de sacerdotes pederastas.


El padre Pascual Chávez pronunció después, con diáfana mirada, un breve discurso inaugural. A continuación vino el tradicional besamanos. Los superiores salesianos se acercaron, formando una fila, a rendirle homenaje. Se acaba de convertir, nada menos, que en sucesor de Don Bosco. Llovían, como un sello de aprobación sobre su ejemplar trayectoria sacerdotal los elogios del selecto grupo de religiosos invitados. Era el pináculo de la carrera eclesiástica del cura del Bajío. El único mexicano, de hecho, que actualmente dirige una orden religiosa del abolengo de los salesianos de Don Bosco, una de las más grandes del mundo. Primer rector mayor, cuyo linaje no era italiano. El noveno sucesor del legendario fundador.


Es curioso. Nadie lo ha cuestionado hasta la fecha sobre aquellos cincuenta niños abusados sexualmente por uno de sus curas en León, Guanajuato, cuando Pascual Chavez era un modesto supervisor de la zona.


Al día siguiente, el 4 de abril de 2002, el padre Chávez pronunció su primera homilía oficial en una velada especial. Exaltando a su predecesor, el padre Juan Vecci, otro connotado protector de curas paidófilos, prosiguió hablando de sus modestos inicios como un sencillo sacerdote mexicano. Dijo a la concurrencia:


“Invito a la familia salesiana y a todos los aquí presentes a un profundo compromiso con la juventud, especialmente con los jóvenes pobres y marginalizados, a renovar nuestra dedicación y servicio a la Iglesia, a amar e imitar el ejemplo que nos legó Don Bosco; llevando dentro de nosotros su carisma y ejemplo a las diferentes comunidades y culturas de donde hemos venido”.


A la homilía siguió otro festejo, más vino de honor y plegarias por el nuevo rector mayor. Ese mismo día ofició misa y concedió su primera entrevista a la prensa.


Es un misterio por qué dejó continuar al sacerdote Juan Manzo en su puesto, brindándole amplia protección, cuando ya sabía de los abusos. Luego, cuando estalló el escándalo y quiso maquillar las apariencias, lo trasladó —en un acto de singular piedad— a trabajar con niños indígenas mixes a la sierra de Oaxaca. Allá está, hasta hoy.


“Esta cultura de hoy, tan secularizada, tan materialista, tan hedonista, tiene una gran necesidad de ser purificada…” , continuó su discurso el hoy rector mundial de los salesianos.



Tomado del libro La explotación de la fe.


Ediciones B.


2008

lunes, 7 de abril de 2008

Si Succar Kuri hubiese sido sacerdote…

El sacerdote pederasta que ha violado a más menores en la historia de México, sigue libre y oficiando misa. Lleva, documentadas, 100 víctimas. En contraste, el empresario Succar Kuri abusó sexualmente de 25 menores mayas en Cancún y está en la cárcel. En el México medieval de hoy, pesan más las sotanas que millones de dólares.

“El caso del religioso con más víctimas sexuales en la historia mexicana fue el del Gaspar de Villarias, que se remonta al siglo xvii. De acuerdo con documentos del Archivo General de la Nación y del Tribunal del Santo Oficio, entre 1610 y 1620, Villarias utilizó su posición de presbítero y el secreto de confesión para abusar de más de 90 mujeres católicas de todos los estratos socioeconómicos. Se puede decir que fue el caso más notable de la época colonial, cuya repercusión llegó hasta Roma.Hoy, el padre Nicolás Aguilar Rivera ha rebasado —en número y sordidez— ese récord de ignominia, al violar, ultrajar y explotar sexualmente a alrededor de cien niños.

En el mundo mediático mexicano, el empresario Jean Succar Kuri es el emblema de la pederastia y el abuso de poder. Se ha ganado a pulso ese lugar. Están documentadas alrededor de 25 agresiones sexuales menores mayas en las que participó, y las redes políticas y empresariales que lo protegieron han sido exhibidas. El padre Nicolás Aguilar, con cien niños ultrajados aún no es considerado, por alguna misteriosa razón, el pederasta por antonomasia de México. Los medios, en general, apenas le dan seguimiento a su carrera delictiva de vez en vez.
Elementos noticiosos, los tiene. El número de víctimas sexuales; la forma, mucho más violenta y dolosa que la del alevoso pederasta de Cancún, que ya es decir mucho. También está el hecho de que lo encubre el arzobispo primado de México y de que el poderoso cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony, hizo lo mismo en su momento. Sin embargo, son pocos los medios periodísticos que le dan seguimiento más allá de la nota breve. ¿Quién ha visto en televisión un reportaje especial sobre el pederasta más infame de la historia contemporánea, el padre Nicolás Aguilar, o una actualización documentada que mantenga al tanto a la ciudadanía y los fieles?
Dicen que si Succar Kuri hubiese sido sacerdote, se hubiera ahorrado mucho del incómodo escrutinio social y, quizás habría evadido la justicia.”

Trascripción de lecturas selectas. Presentación del nuevo libro La Explotacion de la Fe. Feria Internacional del Libro de la Ciudad de México. Palacio de Minería, marzo de 2008.

La Explotacion de la Fe.

Autor: Jorge Erdely.

Publicado por Ediciones B, 2008.

375 paginas.

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Blog en ingles sigue casos de salesianos pederastas: el problema es mundial. Nombres, casos, demandas, fotos…

Salesians hold world record for pedophile priests — guest writer Joey Piscitelli lists their names and connections to William Levada

The Salesians go on trial in LA April 14. Plaintiffs say the Order let pedophile priest Titian Miani have access to children at St. John Bosco High in Bellflower. Piscitelli sued the Salesians in 2006. — ke

By Joey PiscitelliThe Salesians Clergy of California have shattered the World Record for the most accused child molesters in one area, by a landslide. There is no religious order in the world that we know of that is even remotely close in the number of accused molesters. And the list is growing. At latest count, there are 21 local (California) Salesians accused and/or convicted pedophiles, 19 of them named as child molesters in lawsuits! This tally is so far off the charts… Leer artículo completo

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sábado, 5 de abril de 2008

Nombra el Vaticano a promotor de pederastas como presidente de la Unión de Superiores Grales. Controla a 200 ordenes religiosas, denuncia nuevo libro

Por Oscar Maldonado

… pero hay algo mas, según el libro La Explotación de la Fe, de Jorge Erdely (Ediciones B): la pederastia en la Ciudad del Niño Don Bosco, escuela orfanato donde el cura Juan Manzo Cárdenas ha abusado sexualmente de cincuenta inocentes criaturas, que además del estigma de la pobreza y el desamparo, ahora tiene que lamentar y sufrir por el resto de sus días la afrenta del abuso sexual. Leer toda la columna


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Los salesianos, acusados de encubrir a un pederasta en México

periodistadigital.com

Tremenda la acusación que publica la revista mexicana Proceso contra los salesianos y, más en concreto, contra su recién reelegido Rector Mayor, Pascual Chávez. La materia es tan grave y las acusaciones tan documentadas, que nos vemos en la obligación de rebotar el reportaje. Leer toda la nota



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jueves, 3 de abril de 2008

La negra impunidad de las sotanas. Reseña en Blogspot: Actualidad, medios y periodismo

Tengo en mis manos un ejemplar de La explotación de la fe, el más reciente libro del investigador mexicano Jorge Erdely, a quien respeto y considero un amigo desde hace ya varios años.

Erdely elabora un razonamiento tan arriesgado como válido; se refiere al empresario Jean Succar Kuri, protegido por el poder económico y grupos con influencia política, pese a haber violado a al menos una veintena de niñas y encabezar una red de pederastas. "Si hubiera sido sacerdote, estaría libre", dice con dureza el investigador. Lastimosamente, tiene razón.

La explotación de la fe. Pastores que abusan sexual y económicamente, es un libro de Jorge Erdely, publicado por Ediciones B. Leer reseña completa

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jueves, 27 de marzo de 2008

Chávez Villanueva, reelegido rector mayor de la orden de los salesianos

El religioso mexicano está acusado de proteger al sacerdote pederasta Juan Manzo Cárdenas

Por Rodrigo Vera

México, D.F., 25 de marzo (apro).- El religioso mexicano Pascual Chávez Villanueva, rector mayor de la orden de los salesianos y acusado de proteger al sacerdote pederasta Juan Manzo Cárdenas, fue reelegido en el cargo para el periodo 2008-2014, informó hoy la oficina de prensa de esa congregación religiosa.

La reelección de Chávez Villanueva se dio en una primera votación, en el marco del XXVI Capítulo General que, desde el pasado 3 de marzo, realizan en Roma los provinciales salesianos de todo el mundo.

De esta manera, el religioso mexicano regirá por un segundo periodo los destinos de la poderosa orden de los salesianos, que tiene presencia en 128 países de los cinco continentes. Su primer periodo inició en abril de 2002.

En su libro La explotación de la fe, el investigador Jorge Erdely documenta ampliamente la protección que Chávez Villanueva le sigue brindando a su sacerdote salesiano Manzo Cárdenas quien, a mediados de los años noventa, abusó sexualmente de 50 menores de edad en la Ciudad del Niño Don Bosco, una escuela-orfanato que tiene la congregación en León, Guanajuato.

En ese tiempo, Chávez Villanueva fungía como encargado de los salesianos en la zona centro de México, por lo que formalmente se le notificó sobre los abusos sexuales del padre Manzo.

Pese a las denuncias penales interpuestas por los familiares de las víctimas, Chávez Villanueva se limitó a enviar a su sacerdote a África, para después reintegrarlo a México, donde el religioso pederasta continúa ejerciendo su ministerio sacerdotal, concretamente en la mixteca oaxaqueña, según se señala en La explotación de la fe y en un reportaje publicado hace dos semanas en el semanario Proceso.

Oriundo del peyotero poblado de Real de Catorce, San Luis Potosí, donde nació en 1947, Chávez Villanueva ingresó en la congregación salesiana en 1964. Entre otros cargos, fue director del Instituto Teológico de Tlaquepaque (1980-1988) y provincial de la zona centro de México (1989-1994).

El religioso potosino –considerado el sucesor de San Juan Bosco, el santo italiano que fundó la congregación en el siglo XIX-- tiene un doctorado en Teología Bíblica, por la Universidad Pontificia de Salamanca, España.

Cobijado por un halo de santidad, pues sus seguidores lo consideran como “Don Bosco vivo”, Chávez Villanueva preside en Roma la Unión de Superiores Generales, la agrupación que agrupa a 200 órdenes religiosas



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sábado, 22 de marzo de 2008

Libros de hoy, Revista Proceso: La explotación de la fe

La explotación de la fe: reseña en la sección Libros de hoy, de la Revista Proceso

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Reseña del nuevo libro de Jorge Erdely en La voz en el desierto

Por lo tanto, no tengo el menor empacho en recomendarte ampliamente la lectura de este libro -Explotación de la Fe- del Dr. Jorge Erdely, o cualquiera de sus otros libros, que puedes localizar a la venta haciendo click en cada una de las diferentes imagenes. Estoy seguro que el Dr. Erdely provocará en ti una reflexión crítica hacia tu ejercicio de fe y tus impulsos básicos que generan las diferentes expresiones de tus creencias y prácticas.

La Voz en el Desierto



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Índice del libro, La explotación de la fe

INDICE DEL LIBRO DE JORGE ERDELY, LA EXPLOTACIÓN DE LA FE

Índice


Prólogo por Elio Masferrer

Prefacio del autor. Derechos humanos
y propuestas subversivas
11


PARTE I

VOCES DE LAS VÍCTIMAS



Introducción. Iglesias en crisis ¿Qúe tan grande es el problema?



Panorámica global
25
Datos perturbadores
27
Catolisismo en crisis: paidofilia mundial
30
Obispos y cardenales. Más allá del encubrimiento
32
Diócesis se declaran en bancarrota ante el alud de demandas
35
Argucias para no indemnizar a las víctimas
36
También en Europa: el caso del porno-seminario
38
Las monjas violadas en África
39
Harem para el clero
42
¿Y qué de Latinoamérica?
45
Los Testigos de Jehová y el caso de Érica Rodríguez
46
¿Un tema tabú? Estadísticas en México
48
Más allá de Succar Kuri….
PARA TERMINAR DE VER EL INDICE HAGA CLICK AQUÍ
¿Dónde conseguir el libro?


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martes, 18 de marzo de 2008

Los Salesianos: Pederastia Solapada

Rodrigo Vera
Proceso, 17 de marzo de 2008

Casos documentados de abuso sexual contra menores de edad implican a los salesianos, la congregación religiosa fundada a mediados del siglo XIX por San Juan Bosco. En su libro La explotación de la fe, que acaba de ser puesto en circulación por Ediciones B, el investigador Jorge Erdely afirma que el sacerdote Juan Manzo Cárdenas abusó de 50 menores en una escuela-orfanato que los salesianos tienen en León, Guanajuato, con la protección, nada menos, que del rector mayor de la orden.

Revista Proceso ( http://www.proceso.com.mx/impreso.html )



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lunes, 25 de febrero de 2008

Libro polémico sobre la sexualidad del clero católico

La pederastia constituye la violación extrema del voto de castidad impuesto en 1546 a sacerdotes y monjas católicas, afirmaron hoy los autores de un libro sobre sexualidad y clero que acaba de ser publicado en México.

"En Estados Unidos y Canadá, el 90 por ciento de los sacerdotes no cumple con el celibato. El 33 por ciento de los clérigos son homosexuales", dijo uno de los autores del libro "Votos de castidad. El debate sobre la sexualidad del clero católico" (Grijalbo, 2005)

El libro, incluye ensayos del filósofo Jorge Erdely, el antropólogo Elio Masferrer, la experta en religiones Alessandra Ciattini, el antropólogo Jorge René González, el psicólogo César Mascareñas y el historiador Marcos Hernández, todos ellos mexicanos.

Durante la presentación de esta obra los autores apuntaron que los clérigos y las monjas católicas han mantenido a lo largo de la historia, relaciones sexuales, permanentes o esporádicas, con personas adultas de uno u otro género.

"En México sólo sabemos que un tercio de los seminaristas son homosexuales", dijo Masferrer.

Los ensayos que componen la obra abordan un tema que, aún en pleno siglo XX, sigue siendo tabú para vastos sectores de la sociedad y de la Iglesia católica.

Respecto al celibato sacerdotal en América Latina, Masferrer dijo que "desde el siglo XVII predominaba la promiscuidad y el concubinato heterosexual.

"En países como Perú, los hijos de los sacerdotes aparentemente tenían acceso a lo que hoy conocemos como prestaciones sociales", abundó el antropólogo.

"Votos de castidad" explora los conflictos que se pueden general entre la Iglesia y el Estado a causa de la violación de dogmas rígidos como el celibato sacerdotal.

Masferrer explicó que el voto de castidad fue establecido durante el Concilio de 1546 y una de sus finalidades fue evitar que los sacerdotes dejaran en herencia sus propiedades o las de la Iglesia a sus hijos. "Por lo que el celibato no es una mandato evangélico, sino una cuestión de disciplina", aseguró Masferrer, quien ha estudiado archivos eclesiásticos desde 1966, apuntó que en el México moderno existen ejemplos de revelan la continuidad de esta vieja práctica de quebrantar el celibato.

"En 1990 Bartolomé Carrasco, entonces arzobispo de Oaxaca presentó un informe al Vaticano en el que señala que el 75 por ciento de sus sacerdotes no cumplían el voto de castidad", anotó.

"Estas relaciones revelan un abuso del poder porque la investidura jerárquica genera una relación desigual con sus concubinos", dijo.

El libro también recoge casos de pederastas encubiertos por altos jerarcas mexicanos y de Estados Unidos.

Masferrer recordó que en 2004 la prensa estadounidense reveló la actitud de complicidad de jerarcas católicos para evitar que el sacerdote Nicolás Aguilar, acusado de 26 abusos sexuales a menores en Estados Unidos y 60 en México, huyera de la justicia.

Agencia de noticias EFE.

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martes, 19 de febrero de 2008

Derechos Humanos, Teologia y Religiones

Jorge Erdely es doctor en Filosofía con especialidad en idiomas semiticos. Realizó el posdoctorado en teología en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Es autor del Best Seller internacional Pastores que abusan (2002) y ha escrito y editado más de doce libros especializados en religiones y derechos humanos. Entre ellos, destaca: “La Nueva Jihad: mitos y realidades sobre el pan-islamismo” y "Terrorismo Religioso". El doctor Erdely es Fellow de Oxford Theological Foundation y miembro de la American Academy of Religión y de la International Association for the History of Religión (UNESCO). Es coautor de “Votos de Castidad: el debate sobre la sexualidad del clero católico” (Grijalbo, 2005). Actualmente es co-editor de la Revista Académica para el Estudio de las Religiones, journal latinoamericano sobre globalización religiosa y derechos humanos, indexado en Sociological Abstracts (www.revistaacademica.com).




Jorge Erdely, Ph.D., is Associate Editor of Revista Académica para el Estudio de las Religiones, a pluralistic, multidisciplinary, peer-reviewed periodical that focuses on religious globalization and human rights in the Hispanic world. He is the author of several published scientific papers and twelve books on extreme religious groups, theology, and human rights. Among them, the international best-seller: Pastores que Abusan, Suicidios Colectivos Rituales, and his latest, The New Jihad: Myths and States of Denial. Dr. Erdely is an Oxford Theological Foundation Fellow. He is currently Research Director of el Centro de Investigaciones del Instituto Cristiano de México and, among others, a member of the Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, the regional affiliate of the International Association for the History of Religion (IAHR). He currently focuses his research on the interrelation between globalization, contemporary religious pluralism, and human rights in Latin America (www.revistaacademica.com).



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